"MARTHA ELENA, ES LA BUENA"
Por: Juan Manuel Estarrón
Cautelosa por los tiempos electorales, la precandidata por el Sol Azteca a la gubernatura del Estado, recorre su geografía para recoger el sentir de la gente nueva y los viejos que vivieron la experiencia del "gobierno del cambio" en el que ella jugó un rol importante al frente del DIF estatal ganándose el cariño principalmente de las mujeres con amplios programas de salud, ocupacionales y asistenciales para mejorar la calidad de vida individual y colectiva de las comunidades en situación de precariedad.
Por eso este sábado al mediodía, en un local céntrico de Acaponeta, la diputada federal con licencia, Martha Elena García Gómez, ni ocupó anunciarse para verse rodeada de sus antiguos amigos y amigas que vivieron aquella inolvidable aventura en la tierra de "nunca jamás" inaugurando una nueva era sin atropellos ni marginación centenaria.
Ahí estaban las y los antiguos líderes sociales sin rajarse ni retroceder un centímetro refrendando su apoyo a una mujer con fuerte liderazgo social y lista, si así lo deciden los nayaritas, a retomar la senda de progreso interrumpido en mala hora en 2005 por otra camarilla que destruyó las sólidas bases de desarrollo construidas desde 1999.
Con cierto sentimiento de frustración pero al mismo tiempo con los ánimos que inyecta la esperanza, hombres quemados más por la rabia que por el sol costero, fueron exponiendo uno a uno sus conflictos interminables de tierras: Sayulilla es el vivo ejemplo de la injusticia, un pueblo en vilo, parecido al Taximaroa de la novela de Luis González, nombre que significa "lugar de traidores" quizá por eso lo cambiaron a Ciudad Hidalgo, Mich.
Evidentemente que en la comunidad indígena del municipio no hay traidores pero sí está en vilo, en medio de un conflicto político -más que agrario- por el control del comisariado de bienes comunales y en ese caos aprovechan las coyunturas los malos dirigentes para hacer despojo de tierras con las ayudaditas de algunos funcionarios agrarios.
Sexenios van y vienen y ningún gobernador, por más slogans ensalivados de demagogia, se ha dignado a demostrar su autoridad para poner un hasta aquí a tanta impunidad; tal vez se escuden en el mal entendido federalismo tal y como "algunos" gobernadores priistas manejan la lucha contra el narcotráfico "a mí no me toca".
Pero Martha Elena no esperará a convertirse en gobernadora de los nayaritas, ahí mismo se comprometió a iniciar la recuperación de algunos despojos de tierras convencida de que los demandantes tienen razón cuando una mujer quebrada en llanto no pudo continuar su reclamo.
En ese foro de participaciones dominó la palabra encendida de la mujer, ese coraje con que aborda los problemas domésticos, escolares o laborales según su entorno de desenvolvimiento; pero la constante en ellas es la capacidad que exigen se les reconozca para gobernar un municipio, un estado y –por qué no- la misma Presidencia de la República.
Llegó un momento en que comenzaron a corear el clásico "Martha, Martha, Martha" y ante las muestras de apoyo unánime el maestro moderador del evento, Arturo Robles, llamó a Martha Elena quien fue breve, a veces con la sencillez del lenguaje coloquial cotidiano de las amas de casa y los hombres.
Su mensaje inicial lo dedicó a explicar del porqué Martha Elena insiste en sus recorridos escuchando y dialogando con la gente para que no se dejen sorprender por personas mal intencionadas que ya la ven como "presidenta municipal de Tepic" por lo que dijo todavía no se ha rajado y esperará hasta el último momento la decisión de su partido el PRD.
En sus palabras la ex presidenta del DIF estatal volvió gritar fuerte que es perredista, por aquellos que siguen fastidiando la mona de que es panista y que contenderá por la gubernatura, "Que no se engañen" y que nada más espera que su partido –el PRD- determine el método de elección que no es otro más que las encuestas como ya está acordado.
Aprovechó para dar las gracias al Partido Convergencia por haberla hecho su precandidata e invitó a los demás partidos a construir una gran alianza para "cambiar el carro completo" y así sea el pueblo el que gobierne y "nosotros seamos los empleados de ustedes".
Finalmente al referirse a la posible encuesta que pueda acordarse de un momento a otro les dijo: "Si te preguntan en la encuesta, Martha Elena es la respuesta". Y no faltó que una mujer de mero atrás secundara: "MARTHA ELENA, ES LA BUENA".
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