lunes, 2 de mayo de 2011

LOS TRABAJADORES, EJE CENTRAL DE UNA CAMPAÑA


 

Por: Juan Manuel Estarrón


 

Para cualquier político(a) que aventure por los caminos sinuosos electorales deberá primero mirar hacia el amplio abanico que forman los trabajadores y trabajadoras, sector que sigue siendo la columna vertebral de la economía y –curiosamente- el más influyente en las decisiones finales para definir una candidatura de cualquier nivel de gobierno.

Esto porque el trabajador o trabajadora es el mejor informado por su calidad de agremiado a un sindicato u organización social, quien permanece en contacto directo y permanente con sus compañeros, pero también está ejerciendo cotidianamente sus derechos laborales y políticos sometidos a acuerdos y consensos por medio del voto.

Luego de que también el trabajador reúne en su derredor al grupo familiar que depende económicamente de él y esta circunstancia lo convierte en líder indiscutible en las buenas y en las malas; si ese ciudadano se equivoca al escoger un candidato también arrastra a los demás miembros hacia una mala elección.

Pero aquí no estamos hablando únicamente de los trabajadores organizados en sindicatos o centrales; con frecuencia en el campo resisten los embates de las políticas predadoras de los gobiernos grandes núcleos de pequeños y medianos productores que deciden jugársela solos sin la tutela de los líderes o dirigentes.

Lo mismo que en los núcleos urbanos abundan servidoras y empleadas domésticas y trabajadores subempleados que escapan a todos los controles sindicales, la llamada "cantera de la explotación libre"; se calcula que los trabajadores libres supera con mucho a los organizados y controlados.

Para este 1º de mayo los multitudinarios desfiles por todo el país el reclamo central fue para los líderes de trabajadores, partidos políticos y legisladores del PRIAN la sepultura de la "nueva" ley federal del trabajo, engendro que inicialmente impulsaban el gobierno calderonista (Javier Lozano Alarcón) y las bancadas en San Lázaro del PRI-PAN.

Los motivos que movieron al Revolucionario Institucional a aplazar su aprobación en este periodo de sesiones que terminó oficialmente el 30 de abril verdaderamente nos importan un comino, sólo sospechamos que políticamente les afectaba en el corto plazo por las elecciones en puerta en Edomex.

Y es que la reforma laboral traerá como consecuencia más pobreza y desempleo, aparte de la atomización de los sindicatos y centrales de trabajadores y obreros oficializando todo el poder para los patrones; en este contexto las campañas para la gubernatura, ayuntamientos y legislatura no podrán deslindarse de este fantasma que recorre el país.

Una probadita de lo que es capaz el movimiento obrero organizado la dieron los trabajadores afiliados a los sindicatos de las secciones 20 y 49 del SNTE, SUTSEM Y CTM, por nombrar los más fuertes; sector al que paradójicamente se pretende dejar fuera del reparto del pastel electoral.

Si el partido que históricamente han pertenecido los trabajadores organizados en esta ocasión les hace un violín prometiendo primero competir a un dirigente connotado –Gerardo Montenegro- para enseguida cerrarle las puertas y en el colmo de la irresponsabilidad el señor Humberto Moreira le ofrece la candidatura a la presidencia municipal de Tepic y al otro día el Goberney ordena registrar a su esposa Rosario Mejía para la misma, todo esto quiere decir que el gobierno del Estado y el PRI desprecian a los trabajadores.

Por lo tanto, el candidato del trabuco PRI-Ney-Ola Roja, Roberto Sandoval no ocupará a los trabajadores para los planes transexenales de gobierno; aún cuando RSC ya recibió adhesiones políticas de algunos dirigentes y líderes de trabajadores, éstos –los trabajadores- no han dicho la última palabra porque acordémonos que ahora las adhesiones no son masivas como endenantes.


Si el autócrata piensa que desde su burbuja podrá controlar a los trabajadores con alguna despensa de 35 pesos cuan desorientado anda, porque las masas que el domingo se manifestaron y aquellas sin brújula que no pudieron o les valió lo mismo de siempre, podrán hacer lo que quieran con sus votos; pero lo más seguro es que muchos vendan su credencial o sencillamente formen parte del abstencionismo.

Aquel candidato o candidata que trate de ignorar que los trabajadores son el eje central de una campaña electoral, es hacerse tonto ante una realidad que nos grita desde cada hogar porque todos llevamos dentro a un trabajador desde pequeños; aún los y las nini añoran serlo esperando que alguien les abra una puerta.

En este contexto la candidata Martha Elena quien encabeza ante todo un movimiento social heterogéneo en que se conjugan militantes y simpatizantes de todos los partidos políticos, donde también confluyen grandes sectores sin partido pero sueñan con un verdadero cambio, tendrá qué obligarse a tratarlos como la fuerza detonante que representan en una elección porque el 80 % de esos hombres y mujeres son trabajadores efectivos o potenciales.

Precisamente parte de esa alianza de facto que se anuncia al haber abortado la llamada verdadera, es con los trabajadores que desprecian el PRIAN, y la candidata Martha Elena tendrá qué deslindarse del partido que la postula por ser copartícipe a nivel federal del atentado en contra de los trabajadores.

El deslinde de MEGG del PAN es un requisito necesario porque ella no es panista y sólo está prestando su gran capital político que sin duda logrará posicionar en un buen lugar a ese partido; en segundo lugar porque la inmensa mayoría de seguidores son librepensadores que están dejando en segundo término las ideologías.

Por ejemplo, veríamos de pésimo gusto que en su arranque de campaña estuviera arropada por el panismo "duro", enemigo de los trabajadores como Javier Lozano Alarcón, Alonso Lujambio y Molinar Horcasitas que no abonarían en nada a su campaña sino todo lo contario.


 

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